Verrugas en la zona genital: ¿Cómo saber si es una enfermedad de transmisión sexual?
No es nada extraño que la aparición de arrugas en la zona genital te preocupe de forma considerable. Esta siempre es una parte muy sensible del cuerpo y es posible que lo primero que te haya saltado a la cabeza es que se trata de una ETS. Sin embargo, queremos dejarte claro que no todas las protuberancias en la zona genital son verrugas, a continuación, desde Medvisit vamos a intentar aclararte las dudas que puedas tener.
¿Qué son las verrugas genitales?
Lo primero que tienes que saber es identificar las verrugas, algo muy sencillo. Ten en cuenta que puede haber verrugas que nada tengan que ver con una infección como la del VPH, ya que pueden darse alteraciones en la piel de una apariencia similar y que no tengan nada que ver con una ETS.
Con todo, la forma de las verrugas es la de pequeñas protuberancias que pueden aparecer unidas o no y que se asemejan a diminutas coliflores. Más que su apariencia, lo que tiene que llamarte la atención y ponerte sobre alerta es el lugar en el que estas se encuentren.
Las verrugas genitales son tan comunes en hombres como en mujeres y siempre se van a presentar en la zona cercana a los genitales. El pubis, el área que rodea tanto al pene como a la vulva o los alrededores del ano son los espacios en los que se van a manifestar preferentemente cuando exista la infección.
Como te dijimos antes, es posible que aparezcan otras lesiones en esta zona que tomen la misma forma que tienen las verrugas genitales. Por ello, como es complicada su identificación a simple vista, lo mejor es siempre acudir a un profesional médico que a través de un análisis determinará si se trata de una enfermedad de transmisión sexual o no.
¿A qué se debe la aparición de arrugas o verrugas genitales?
Principalmente, surgen tras practicar sexo sin protección. Aunque como médicos de habla inglesa sabemos que hay otras causas que pueden provocar lesiones parecidas, el virus del papiloma es la más frecuente. Eso sí, habrá que descartar otras antes del diagnóstico, a través de una profunda exploración y de los pertinentes análisis para saber si hay infección o no.
De este modo, si se confirma en el diagnóstico que las verrugas aparecen por el VPH, entonces debe considerarse la infección como una ETS.
Un problema para determinar cuándo se produjo la infección es que las verrugas pueden tardar hasta años en aparecer después de haberse producido el contagio. Por eso, puede producirse una transmisión incontrolada del virus, ya que sus síntomas tardan bastante en mostrarse.
Las complicaciones de las verrugas genitales
En un principio, las verrugas en sí mismas no son algo peligroso. Como mucho, pueden producir picores e incomodidad en la zona, ya que ni siquiera llegan a cursar con dolor. Es por ello que muchos pacientes no les prestan atención y obvian el agente infeccioso que hay tras ellas, lo que puede convertirse en todo un problema.
No hay que olvidar que en las verrugas no está el peligro. Este se encuentra en el VPH que se esconde tras ellas y que se puede convertir en un riesgo para la salud propia y para la de las parejas sexuales que se tengan. Una infección por este virus que esté descontrolada, aquella que precisamente se puede manifestar con verrugas en la zona genital, puede traer consigo las siguientes dificultades a largo plazo:
- Cáncer: Se ha demostrado que el VPH puede estar detrás de ciertos tipos de cáncer localizados en la zona genital y en la oral.
- Problemas en el embarazo: Hay situaciones de riesgo en las que el virus puede provocar problemas en los meses de gestación y sus verrugas pueden llegar a ser un problema para la micción y otras acciones en embarazadas.
Diagnóstico y tratamiento
Como hemos venido apuntando, para saber si lo que tienes son verrugas genitales o un problema cutáneo de otro tipo, debes acudir a un especialista. Este se encargará, mediante un análisis, de determinar si la infección es producto del VPH y si, por lo tanto, se trata de una ETS.
En cuanto al tratamiento, desgraciadamente no existe uno específico. Lo único que se puede hacer es llevar a cabo un trabajo de refuerzo inmunitario, ya que son las defensas del organismo las que se van a encargar definitivamente de acabar con el virus.
No obstante, lo que sí se puede hacer es prevenir. Por un lado, usando protección en las relaciones sexuales y, por otro, gracias a la vacuna que hay disponible en el mercado desde hace años y que ha demostrado un alto nivel de eficacia para prevenir los problemas más serios del VPH.
En definitiva, la aparición de arrugas en la zona genital siempre debe ser una llamada de alerta de la posible existencia de una enfermedad de transmisión sexual. Si es tu caso, pide una consulta a domicilio con uno de nuestros médicos de habla inglesa en Barcelona.